Sabiendo que un 83% de la comunicación es no verbal, hay que elegir muy bien las palabras para enviar el mensaje con el tono e intención deseado. Es verdad que se han creado formas de sustituir la ausencia de la gestualidad y los tonos de voz. Los emoticones nos ayudan a describir acciones o reacciones físicas, estados de ánimo, sentimientos, etc. Aún así, hay que ser muy empático y controlar la emotividad para inferir nuestro mensaje de la manera más neutra posible.
Fuente: Aspectos Sociales en la Comunicación Asincrónica (Curso Tutores para la Formación en Red de INTEF)
Otro aspecto complicado es el de la evaluación. Para ello, las rúbricas pueden sernos de mucha ayuda. Se trata de una matriz que permite objetivar el proceso de evaluación de actividades concretas. Por un lado, la matriz explicita los criterios necesarios para la realización de la competencia y, por otro, los diferentes niveles de consecución concretados en indicadores relacionados específicamente con la tarea evaluada.
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